martes, 24 de diciembre de 2013

Desde siempre que nos buscamos, desde siempre que nos encontramos.
Finalmente se quedó a vivir en el rutilante corazón de mi talismana.
Para Ana con todo mi cariño:


lunes, 2 de diciembre de 2013


Revisando y ordenando papeles he encontrado este texto de noviembre de 2001 que os comparto...
Tengo que vivir por lo menos una década más y plantar una selva, aunque sea chiquitita...sólo para compensar tanta desforestación entre textos, dibujos y fotografías...

…….sobre líquidos sólidos. Sobre el humo y lo que se quema. Sobre la necesidad y la ficción que uno se cree. Sobre las ganas de todo y las cuatro estaciones. Sobre la piel que nos cubre y lo que somos. Sobre la densidad y lo fluido. Sobre la transparencia y lo siniestro. Sobre las hojas que caen y las que permanecen. Sobre el valor es y los valores, la compraventa y los videoalquileres. Sobre la risa y los nudos de tu pelo. Sobre el silencio y la soledad gustosa, la ausencia y el deseo. Sobre la fuerza y las señales. Sobre las explicajustificaciones innecesarias y la necesidad de expresarse. Sobre la mirada y el ojo ciego virtual. Sobre los alimentos y las máquinas. Sobre la casualidad improbable y la sorpresa de la clarividencia. Sobre la ternura y la salida del sol. Sobre la mujer y los árboles todos. Sobre la luz, la luna, las farolas y los caminantes nocturnos. Sobre las almas errantes y las condenas medio llevadas. Sobre la necesidad de comunicar y las ganas de no decir nada. Sobre los móviles móviles y sobre los que cuentan cosas desde la distancia y el abarrotamiento. Sobre la posesión, los puntos blancos y las imágenes fantásticas. Sobre las palabras que se escapan y las que nunca llegarán a ser. Sobre las que permanecen como un eco rayado, rayado por mí, al lado, junto a y a veces dentro. Sobre el exterior y la realidad. Sobre las personas que crees conocer y aquellas que te sostienen sobre el mar y en el viento. Sobre los ceniceros llenos de apestosas cenizas y sobre lo que acaba. Sobre el recuerdo y el dolor. Sobre las flores y los mundos imposibles. Sobre las voces de las ondas y las músicas del mundo. La música del mundo, las músicas de mi mundo y  la música de tu mundo, su mundo, nuestro mundo, su mundo de ellos, ante ellos, bajo ellos, con ellos, contra ellos, desde ellos, hacia ellos, para ellos, por ellos y sin ellos. Sobre las imágenes y el exceso de información. Sobre la velocidad y el conocimiento, las ganas de saber y la inutilidad de los gestos. Sobre la debilidad y las gafas desechables, las lentes de aumento y las cámaras mágicas. Sobre las cosas bonitas y los dulces de chocolate. Sobre el caminar sin rumbo en la dirección adecuada, los cruces de caminos y las opciones excluyentes. Sobre saltar en los charcos y descolgar las rutinas. Sobre los solsticios y las estrellas de mar. Sobre las uñas y el pelo que no dejan de crecer junto a la nariz y las orejas. Sobre el asombro y las caídas de energía. Sobre los armarios y los espejos. Sobre los cuartos de baño y los espacios para la privacidad. Sobre lo colectivo y la unidad imposible. Sobre los horarios y los trenes que pasan. Sobre el mundo subterráneo y la realidad en movimiento a pie de calle. Sobre las grandes superficies y los puestos de vendedores de sandías y churros. Sobre las rotondas y las ciudades que acaban sobre tu mirada y la mano que la traza. Sobre lo que no se dice y sobre el miedo a la oscuridad. Sobre las asociaciones de ideas y las palabras caprichosas. Sobre la imaginación y la gota que colma el vaso, la publicidad y los cerebros locos. Sobre la tradición y los presupuestos vitales. Sobre el trabajo y el recorrido de un caracol cruzando una autopista con tráfico fluido. Sobre la olla que se va y la que cuece. Sobre las viviendas prestadas y las noches de espera. Sobre las estrellas fugaces y la gente cariñosa. Sobre la complicidad y las cosas que unen. Sobre el reproche y el corazón frío, las lecturas rápidas y las equivocaciones que construyen puentes. Sobre los colores y las bocas cercanas. Sobre la perspectiva con profundidad de campo, las sábanas acogedoras y los caramelos con pica pica dentro. Sobre los instantes congelados y las caracolas que cantan olas solas en el interior de su mar. Sobre los cangrejos que se mueven hacia atrás y sobre cómo distinguir tu granito de arena en medio de una playa turística en temporada alta. Sobre la vida de las hormigas y por qué tenemos que estar tan juntos todos al mismo tiempo. Sobre las cuestiones de género y las luchas infinitas. Sobre las bolsas de pobreza y las casas de juego. Sobre las ciudades fiesta y los desiertos con oasis. Sobre las armas irracionales y la represión sexual. Sobre la realidad que se desmorona ante tus ojos el séptimo arte y los aviones con objetivos claros. Sobre la tontería de las nacionalidades y la absurda necesidad de protegernos. Sobre las guerras de poder y el orgullo ridículo. Sobre las ganas de pisarmandarpartir el bacalao, la venta por correo, los poetas y los acróbatas que hacen juegos malabares. Sobre la destrucción de los sueños y la decepción infinita. Sobre el engaño y la divertida mentira, mentira la verdad. Sobre los incrédulos y los animales acorazados. Sobre los posicionamientos férreos y las estructuras de pensamiento. Sobre estar cómodamente sentado o sentirse cómodo. Sobre los duendes de aquí y de allá. Sobre las familias ficticias, los fabuladores, la diversidad, la homogeneiestandarización, el sírvaselo usted mismo, puede hacerlo nosotros se lo ponemos fácil, los medios de masas y la masa de los medios. Sobre los estados alterados de conciencia alterada, las espirales que se comen y las nubes que dibujan cielos de música infinita. Sobre los lagartijos y la metafísica. Sobre el modo reflexivo y las caricias escondidas sobre el color verde y los perros de dibujos animados. Sobre la apropiación y los pequeños detalles, el color de la vida  y las ramas que se tronchan. Sobre la gente con pocos recursos, los corazones blindados, los relojes de arena y las mareas derivas que nos llevan. Sobre los cuadernos de escritura y los desvelos arco iris. Sobre el sueño reparador y la voluntad perdida. Sobre la posibilidad y la incertidumbre. Sobre los otros y lo de más allá. Sobre los martes y las tiendas de veinte duros. Sobre el cambio de moneda y los recortes presupuestarios indiscriminados. Sobre la cultura y el acceso de peatones, las vías de servicio y los atardeceres solitarios. Sobre los pulmones de las ciudades y el caos que todo lo impregna. Sobre los columpios y la historia infinita, las naves espaciales y la sorpresa de la primera vez. Sobre las cajas que esconden secretos y los laberintos llenos de salidas. Sobre la colonia de litro y las ganas de no sujetar el cuerpo. Sobre la ingravidez y la perplejidad del reconocimiento. Sobre la gratitud, la angustia y las ansias tontas de tener  detener  de tenerte ahora mismo aquí o allá. Sobre la posesión injustificada y el me acuerdo de ti me encanta ten cuidado no vayas a ponerme una cuerdita en el cuello. Sobre los amigos que pueden fallarse. Sobre la comunicación y la dificultad. Sobre la acción y la teoría, la repetición y el sinsentido. Sobre los enfados dolor orgullo que construyen muros. Sobre la representación y los bares, los murciélagos dinamita y lo que fue y será. Sobre los proyectos infinitos proyectos y sobre  los puertos y las prácticas burbujas que brujulean sobre soles incandescentes. Sobre las relaciones sinceras y las sensaciones de abandono. Sobre el poder evocador de las imágenes, el desvanecimiento, las ganas ganas y la lucha lucha. Sobre los minutos que pasan y la experiencia dudosa. Sobre los puzzles gigantescos y la necesidad de supervivencia. Sobre la historia, la evolución y todo lo demás. Sobre el surrealismo, dadá, el mundo al revés, los saxofones, los directores de cine y la capacidad de inventar. Sobre las fregonas y otros instrumentos útiles e imprescindibles en casi todos los lugares. Sobre los fuegos de campamento, los traumas desconocidos y los viajes con retorno. Sobre las calles mojadas y las señales que se repiten. Sobre las personas que cruzaron la línea y las que destrozaron todo, las que arrasaron y devastaron y aquellas que caminan sobre algodones para hacer el menor ruido posible. Sobre la lentitud y el deslumbramiento. Sobre las tardes de tele lo que me echen y la risa infinita. Sobre la pereza y la hiperactividad, el sobreestímulo, la desidia, las crisis, la pérdida de papeles, las lagunas fangosas y los turbios amaneceres llenos de arrebatos convulsivos y autistas. Sobre la expansividad, los globos de colores que vuelan alto y los que llevan mensajes dentro. Sobre los manipuladores sin saberlo, la bondad infinita, las relaciones monitorizadas y las vidrieras rejas. Sobre las marañas de conceptos, los majaderos que se preguntan, la admiración por todo y sobre lo que se ve desde el otro lado. Sobre la imposibilidad, la ubicuidad no disponible y la creencia que duda. Sobre la fortaleza y la perseverancia, el no saber, los prismáticos y las letras en MAYÚSCULA. Sobre el una y otra vez, una y otra vez, los funcionarios del sistema y el sistema de los funcionarios. Sobre los colores plata y las imágenes desenfocadas. Sobre la técnica para quién lo requiera, los papeles a la papelera y bla bla bla bla, también vaciar. Sobre la desintegración, los trípodes y los paraguas de lluvia, las sol brillas en colores y las playas sin banderas. Sobre los barcos que parten, los trenes que descarrilan en la próxima estación, las flores silvestres, lo que no se puede comprar y las equivocaciones vocaciones no elegidas. Sobre las cosas que tienen que ser y la redención. Sobre acepta esto y lo otro y lo de más allá, acéptalo, acepta lo tolerantemente aceptable confortable y acogedor como un nido mullido y una pregunta con respuesta desconocida por no encontrada. Sobre los rotuladores y los frigoríficos que conservan el interior de tus alimentos. Sobre la sombra y el reflejo, las huellas imposibles de borrar y la naturaleza de la naturaleza. Sobre los circos y los dibujos infantiles pisoteados, las alambradas, el calor del encuentro, los plásticos que se curvan y los hilos que se entrecruzan. Sobre lo que me dijiste y lo que yo entendí viceversa y al revés mucho mejor. Sobre la posición vertical y la recomendación de no apilar más de cinco cajas. Sobre lo veo claramente y la liturgia del otoño. Sobre el tiempo que transcurre en los calendarios y sobre los que dejaron de esperar. Sobre las miradas vacías y los corazones rotos, los gritos de auxilio, las palabras sordas y los oídos necios. Sobre el estar quieto sobre la marea y los peces que nadan a contracorriente. Sobre hacerse el muerto y la necesidad de autoprotección. Sobre las ilusiones y los trineos tirados por renos con cascabeles de nieve, el filtro del consumo y la contaminación de prisa. Sobre los deseos rápidamente satisfechos, el usar y tirar y el caminar despacio. Sobre las manchas y las profundidades abisales. Sobre las alfombras voladoras y los pies de plomo aplastando las hojas verdes, los frutos silvestres y la niebla de contornos desdibujados. Sobre lo oscuro y la puta ofensiva defensiva, la irracionalidad, la intolerancia, las lágrimas que no cesan y la tierra que resiste. Sobre cuando se te acaba el gas y la llama eterna se desvanece. Sobre el ruido y los brazos de gitano, las mentiras con piernas cortas y las palabras rebotadoras que se astillan cuando entran en el corazón. Sobre las lenguas verdes, los bloques de información, las balanzas que nunca se equilibran, los vocablos rebeldes, las botas de chúpame la punta, los ojos juiciosos, los besos robados, los úteros casas y la búsqueda incansable. Sobre la imposibilidad de ser y los nombres de las cosas. Sobre el olvido olvido la resistencia y la capacidad de adaptación. Sobre lo que no se ve y sobre lo que cuenta. Sobre el echar afuera, las representaciones teatrales, la realidad detenida y las imágenes congeladas. Sobre lo que sobre, sobre lo que estamos, sobre lo que somos, sobre lo que desconocemos y sobre las montañas rusas. Sobre los signos de puntuación y lo que se transforma. Sobre lo que se contiene, sobre los pasos sigilosos, las caídas vertiginosas y el día después. Sobre los sueños de las flores de colores, los límites auto impuestos, la consciencia y la respiración. Sobre los ciclos vitales que se repiten necesariamente por definición, sobre el desasosiego, las imágenes múltiples, sobre algunas ciudades conocidas en cierta parte y sobre otras anheladas sin causa aparente. Sobre los dolores de cabeza y la energía bruta, las compresas de hielo y los restauradores del cuerpo. Sobre los pintores del alma y las conexiones por capítulos. Sobre las radionovelas y las estaciones azules, los treintayuno, los náufragos asesinos, los viajes de los argonautas y los olvidos voluntarios. Sobre la seducción descarada y el cansancio. Sobre la incredulidad y el darse por vencido. Sobre la desnudez, las diademas y los marineros junto al capitán del barco. Sobre los que se quedan en la puerta y las palmeras de islas con nombres asesinados que navegan a la deriva. Sobre las túnicas que sientan bien, las cosas que van a juego y las miradas interrogativas. Sobre las ordenes de la teoría de la anticipación, la felicidad, los recados, los saludos y las cuevas que están al final de la selva. Sobre lo que sentimos y lo que murmuramos, lo que hay en el agua y lo que no dice cuá. Sobre las calderas que no dejan espacio para moverse, la medianoche y las noches a medias. Sobre los próximos capítulos y las horas en punto. Sobre no poder levantarse y sobre lo que no te debes perder. Sobre la posibilidad de clonarse. Sobre las áreas reservadas, los números continuos y los flash-back. Sobre el grito y la fonética, la sonoridad, el arrastre, la cadencia y las atalayas. Sobre las cosas que se comen las horas que llegan, el dejar de estar sentado y la medida que no se encuentra. Sobre la amabilidad de corazón y las ganas de buscar cuatro pies al gato sin saber qué es lo que le mueve. Sobre las sombras que me completan y las curvas que me definen. Sobre los abruptos caminos, la cuesta arriba y la cuesta  abajo. Sobre la necesidad de llanear, los senderos escondidos y las pérdidas de tiempo. Sobre los río te veo ya no estás ahora es otro siempre distinto y las ondas en el agua. Sobre los cantantes decadentes, la energía, lo diáfano, la transparencia y los puntos redondos. Sobre los cristales opacos y deformadores. Sobre los acogedores granos de arena para echar una buena siesta sobre el nivel del mar. Sobre la materia, los molinos de viento y los niños venidos de lejos. Sobre las torres que caen y las metáforas irónicas. Sobre lo divertido con sonrisa y lo macarra macarrón ron ron de pura caña justo al lado. Sobre los collages móviles, la decoración de interiores, las ganas de filmar y la dualidad per secula seculorum. Sobre los barquitos de papel, los aviones que no vuelan, las amenazas que se cumplen y la prepotencia que es mala mala. Sobre los delirios de grandeza, las armas del juego y los papeles tirados por el suelo atascado de nubes negras. Sobre las esperanzas y los buscadores de oro. Sobre el salvaje este, los celadores de la noche y los acorazados. Sobre los edificios regios a pecho descubierto, las casas institucionales y los semáforos que regulan. Sobre las señales que facilitan, sobre las prioridades, los ceda el paso y las llamadas reveladoras. Sobre las vecinas que te dan recetas, sobre el subconsciente, la traición del presente descubierto y las cartas bajo la manga. Sobre los ilusionistas y los alunizados, los niños verdes y los magos. Sobre los paisajes de ensueño y las obligaciones que no nos satisfacen. Sobre lo que no podemos negar y a lo que no podemos negarnos. Sobre el ritmo del corazón y la incapacidad de ir más allá de los propios límites. Sobre la abundancia y los momentos gusano. Sobre caerse una y otra vez y la mano amiga con gafas cosmovisión. Sobre las calles rotas y las cosas siempre en obras. Sobre las personas en construcción, los parques de atracciones desconocidas y los imanes. Sobre las lecturas polisémicas, la verdad difusa y las notas desafinadas. Sobre el hay que parar un poco y el éxtasis del arrebato que no cesa. Sobre lo que te crees tú, sobre lo que me creo yo y la imposibilidad de llegar tarde. Sobre la rendición absoluta, las barreras, las equivocaciones y los desvelos. Sobre la duda, las sensaciones, las puertas que se abren hasta aquí y los deportes de grupo. Sobre las marquesinas de los autobuses y los conductores temerarios. Sobre las oficinas paradas y los parados de la vida sobre el vértigo del abismo. Sobre el distante mañana y la bandera de la incertidumbre. Sobre los puntos suspensivos y los puntos sobre las íes. Sobre lo pretencioso, lo que continúa, lo que decrece, lo que germina, lo que nos avisa, lo que nos favorece y lo que tenemos que airear. Sobre lo que escondemos y sobre lo que no podemos esconder. Sobre las palomitas que saltan y las gachas que hacen volcanes, los churreros con lazos y los feriantes a la deriva. Sobre la diversión ambulante y la promesa que recorre pueblos de una geografía imaginaría. Sobre los polvos blancos y las estrellitas que brillan sobre los sueños rotos. Sobre las dependencias autodestructivas, las sendas, las tardes de sol, los toboganes escalera y los columpios mentales. Sobre las motos que vuelan y las camisas ahuyenta malos rollos. Sobre la sabiduría, la intuición, lo profano y lo sagrado que me descoloca. Sobre la tontería de las lecturas dolorosas, los picotazos en el alma y la poesía en el monitor publicitario. Sobre la imagen evocadora, los números, las plantas que crecen en macetas, mis dedos recorriéndote, las cabezas bajas, el género oculto y la tristeza a flor de piel. Sobre el brazo que tiende y la mano que abraza. Sobre las calles que guían, los barcos que esperan, las vallas que limitan y las posesiones ficticias. Sobre lo que hay qué hacer, lo que quiero hacer, lo que quieres tú  y lo que queremos todos. Sobre el movimiento perpetuo, los puertos francos, el mar en calma y los pies que caminan. Sobre los que se pararon y sobre las personas desconocidas. Sobre las presencias impuestas, sobre colarse colgarse pendulear y todo lo demás más. Sobre el descontrol organizado, las posiciones férreas, las traducciones disparatadas, la risa universal y las proposiciones honestas. Sobre el porque sí y el sin más, el me apetece y el cuestionamiento de las raíces cúbicas. Sobre los aprendizajes olvidados de las máquinas que saben y saben y del tiempo que vamos a ahorrar. Sobre los paraísos artificiales y la manipulación subliminal de la letra escrita y la pronunciada en todos lados y a todos todos. Sobre los ojos cerrados y las miradas hacia dentro. Sobre los contornos imprecisos y la cicatrización de las heridas. Sobre la contradicción, los paseos sin ruta, los encuentros sorpresa y las respuestas perdidas. Sobre la diversidad, la diferencia y las registradoras que se abren sin parar. Sobre lo que pesa y lo que vale, sobre el cuento y los entreactos, los postres finales y los primeros platos sobre las mesas frías. Sobre la letra que cambia y el pensamiento que corre a plena luz del día. Sobre los suicidios colectivos y los individuales por omisión. Sobre lo establecido y lo tabulado, la rigidez, la fatalidad, los conjuros y la desesperanza. Sobre la luz que a veces brilla, las puertas entreabiertas y las peticiones veladas. Sobre la mirada seria y la incomprensión del hecho. Sobre los jadeos, las conexiones, el entusiasmo y los embalses que rebosan. Sobre los placeres que no se oyen con facilidad en la distancia. Sobre el color sabor y el quiero más no sé por qué y tengo miedo. Sobre las fotos que hacen cosquillas en el alma. Sobre tu respiración, sobre la mía, sobre la nuestra, sobre la de ellos, sobre la primera lectura y sobre los trasfondos. Sobre el principio de causalidad, la física cuántica, los misterios inexplicables y las arrugas. Sobre las caras que miran a otra parte, los viajes imaginarios, la continuidad y la permanencia. Sobre los aullidos, y los cuerpos que se desternillan de risa, los fantasmas de lo real y el color azul. Sobre la savia que circula, el aire lleno de microorganismos, las bacterias que somos y la consumación del acto. Sobre las ganas de comer, la exhuberancia de todo lo que nos rodea y de todos los que nos rodean. Sobre lo que queremos ocultar y lo evidente. Sobre los hombres grises y las plazas vacías. Sobre la involución y los adelantamientos. Sobre echar la vista atrás y el peso de la historia que se repite invariable adaptada a su tiempo en versión original y con subtítulos en el idioma que quieras tú. Sobre las cosas que se desean y las puntas que pinchan en los cuentos infantiles. Sobre la culpa y lo que supone. Sobre la incomodidad y el aislamiento, los mecanismos de defensa y los resortes que saltan sobre lo que se resquebraja. Sobre el parar a tiempo, los truenos, las piedras que se gastan, los cántaros que van mucho a la fuente, y los manantiales inagotables. Sobre lo que oigo y no quiero escuchar. Sobre los temblores infinitos y la hermosura que los envuelve. Sobre los dibujos, los paisajes, las palabras boomerang, los glaciares, los ángulos abiertos, las esquinas de las cosas y los viajes a Itaca. Sobre los nudos que se fortalecen, la soledad extrema, las estatuas quietas y las miradas fugaces. Sobre lo incontable y lo que edifica, sobre la espera, la calma, lo brillante y lo luminoso. Sobre lo perenne, sobre lo resplandeciente, sobre lo que soporta y lo que sostiene. Sobre la promesa y la tensión. Sobre la oquedad visible, lo férreo derretido y los relojes de manecillas múltiples. Sobre las horas solares dispuestas geométricamente sobre el alfeizar de tu ventana ahora un poco más grande. Sobre los esfuerzos y los osos polares, la proximidad de las trincheras y el flujo de las ciudades. Sobre los cuidados, la locura, tu imagen multiplicada, el deseo congelado en las hojas amarillas y los gnomos que viven en los árboles. Sobre las gasolineras que venden velocidad con frenazos estrepitosos. Sobre las diagonales y las consecuencias. Sobre la fantasía, la luz del sol, los bosques infinitos, el salirse por la tangente, las melenas salvajes y los carteles de precaución. Sobre las reformas siempre en marcha, la suciedad de los cajones, las pelusas con sus vuelos cortos, las formas abanico y las ondulaciones que se pierden  sobre el asidero de lo efímero. Sobre las creencias, las voces de las que nos negamos a dudar, los balcones tapiados, los mensajes de colores, los ladrillos tendidos al sol y las cuerdas meciéndose al viento. Sobre los nombres de algunas calles y la insistencia de la huella. Sobre la credibilidad y los agujeros negros. Sobre las líneas amarillas, las puertas cerradas a cal y canto, y las metáforas que no cesan. Sobre los contadores de luz, los desconciertos, los mensajes indescifrables, la pérdida de sentido, la orientación y las baldosas resbaladizas. Sobre lo que comemos y sobre los fragmentos de realidad. Sobre lo que nos abandona y sobre lo que nos avasalla. Sobre las coincidencias y sobre las astillas. Sobre las ballenas varadas y los lazos invisibles. Sobre las fuerzas que mueven montañas y la cara que se borra. Sobre lo que se enmascara y sobre lo que se muestra. Sobre lo que nos embriaga y sobre lo que nos conmueve. Sobre los bordes que sobran, sobre los apilamientos organizados, y sobre el no aguanto más y el puedes puedes. Sobre el agotamiento y el dormir exhausto. Sobre el daño y lo que sentimos como tal, sobre el por qué y el me da la gana. Sobre el otra vez y el estar cerca. Sobre el fuerte fuerte y el otro. Sobre las lecturas particulares, los humanos vivos y los individuos desangelados. Sobre las personas verdad y las miradas francas, las luces de las calles y los chicles sin azúcar. Sobre el regreso y lo raro. Sobre los cómics, los bocadillos que hablan y los insultos hirientes. Sobre la confusión, las palabras acariciadoras, lo natural y las escaleras que suben. Sobre lo que se derrite, lo que se fusiona. Sobre las líneas curvas. Sobre los territorios y las cosas inexplicables. Sobre lo que reparas y en lo que te fijas. Sobre el dolor y el perdón. Sobre lo que sucede y lo que realmente sucede. Sobre lo de después y sobre el llanto. Sobre la decadencia y sobre las flores. Sobre el cobijo y el devenir. Sobre lo que no se gasta aunque se desgaste y sobre lo que pega y junta junta y pega. Sobre la atención. Sobre la falta y sobre lo punible. Sobre lo elogiable. Sobre los mensajes y sus contenidos. Sobre los continentes y sus movimientos. Sobre lo absurdo y la pluralidad. Sobre lo que gira y no se para. Sobre lo que no hay manera ya y sobre lo que desciendes. Sobre los faros y el orden de ejecución. Sobre la arbitrariedad, el sinsentido caótico, los propósitos y todo lo que se desvanece. Sobre lo que creemos que resta cuando todo suma. Sobre la incoherencia, la inutilidad del daño y los asientos de diseño. Sobre la iluminación de tus ojos, las bocas entreabiertas y las palabras voladoras. Sobre los días sol y luna y los superhéroes. Sobre los estragos y la manía de comer con el monitor salpicando sangre sobre los platos de comida. Sobre las cosas de utilidad desconocida y las lecturas a posteriori. Sobre los hilos que nos recorren, los viajes sin ver mundo, y el estar y ser junto a otros verbos de la tercera conjugación. Sobre las armas químicas, las telas de araña, los espejos rotos, el terror latente y el miedo que se mastica. Sobre las cortinas de humo. Sobre las manos que se frotan los dedos, los vendedores de castañas, los frutos que caen de los árboles, las tuberías y los conductos que no se ven a simple vista. sobre el hastío, las formas de ahuyentar el dolor, los renacimientos, las zancadillas, los fantasmas y el ruido de los vasos rotos. Sobre las olas que pasan y las que se estrellan contra las rocas. Sobre los reflejos del sol en el agua y el baile de las hojas con el viento. Sobre la risilla ahogada y la perplejidad en el rostro. Sobre lo que no y no y además es imposible. Sobre los cabezazos de frente y los saltos al vacío sin red. Sobre el pánico escénico, la timidez exacerbada y las contraventanas. Sobre los contrapuntos disarmónicos y sus combinaciones infinitas. Sobre los amigos que descuidas y los que se cuidan solos. Sobre las visiones y las ganas de desaparecer. Sobre los pactos y las salidas a hombros. Sobre los pozos sin fondo, los finales sorprendentes y las escapatorias ficticias. Sobre la capacidad de asombro y el papel en blanco. Sobre las piernas inmóviles y las regresiones conscientes. Sobre los cambios de planes y lo reflexivo. Sobre los malos tratos psicológicos y los amaneceres desnudos. Sobre las conductas irracionales y el estúpido velo que no oculta lo que esconde. Sobre los pensamientos que cruzan ahora mismo por mi cabeza y sobre lo que se extiende por debajo de mis pies. Sobre lo que se sobreentiende y de lo que te desentiendes. Sobre las hamacas de árbol a árbol y sobre los zapatos que dejan huella. Sobre la nieve que todo lo cubre y el desvarío que no siento. Sobre todo y sobre nada. Sobre las piscinas llenas y sobre guardar la ropa para ir a nadar. Sobre la gravedad y la fuerza de lo que cae. Sobre lo que cuesta levantarse y desde cuándo estás así. Sobre la nostalgia y la melancolía. Sobre la acumulación y la sobredosis, los zumos revitalizantes y las certezas imposibles. Sobre los regalos que se hacen y los que se encuentran. Sobre lo que se agradece y sobre lo que a veces nos pasa desapercibido. Sobre las fases lunares, los reproches innecesarios, las jugadas de apertura y las estrategias improvisadas. Sobre el que avisa no es traidor y no se hizo esto en un día. Sobre los fracasos y los casettes con criterio propio. Sobre el hombre hambre y sobre el camino marcado. Sobre el agua que se desliza y la que se estanca. Sobre las medallas esclavizadoras y la identidad. Sobre los títulos de mierda y otros documentos con nombre. Sobre la estupidez reinante, la comida rápida, la ceguera consentida y las señales de alarma. Sobre las huellas dactilares y los abrigos con capucha. Sobre los mangos de las sartenes y el amontonamiento. Sobre la lluvia ácida y los ardores de estómago.  Sobre la presión de las ollas y la necesidad de desplazarse. Sobre las nubes de colores, los cielos despejados y la hiperestimulación compulsiva. Sobre las tardecitas de paseo y los crepúsculos inefables. Sobre los abandonos y los derrumbamientos simultáneos.  Sobre los corazones resquebrajados, las fracturas sin cura y las verdades a medias. Sobre lo que no está presente y lo que será será. Sobre las mecedoras balanceándose en los porches y el peligro de la cercanía. Sobre las jaulas sin barrotes y la posibilidad de ser invisible en medio de una muchedumbre de hormigas aceleradas. Sobre el silencio más silencio. Sobre los recorridos de la ilusión, las rutas del deseo, la esperanza de la llegada y el abandono del adiós. Sobre los espejos reflejos, reflejos de espejos y la sensación de no arribar nunca. Sobre el éxtasis en la contemplación, y que sí que no que caiga un chaparrón. Sobre la trayectoria y el recorrido. Sobre las mochilas porta todo y sobre los kit de supervivencia. Sobre los ascendidos y sobre los que no llegaron a nada. Sobre lo trifásico y la dimensión desconocida. Sobre el juego, la participación, las banderas blancas y los sentimientos. Sobre los poderes, los deberes y los dependientes pendientes en la cuerda floja y con el alma en vilo. Sobre los concursos, los espectadores, la muerte en directo y la destrucción a tiempo. Sobre lo real sin moverse de su sillón. Sobre el esfuerzo, los parpadeos y los quehaceres cotidianos sin perderse un solo gesto. Sobre la fidelidad y los miedos de comunicación. Sobre lo que no está permitido y los pilotos automáticos. Sobre lo imparable. Sobre lo inevitable y sobre el que parte y reparte se lleva la mejor parte. Sobre las culpas y los nadie, las catedrales vacías, las heridas abiertas y los daños colaterales. Sobre la genética. Sobre las recolecciones, sobre las enfermedades y sobre la industria farmacéutica. Sobre los desafíos, los aludes, y las trayectorias cíclicas. Sobre las condenas y los escupitajos, los pasillos y  las escaleras que se desplazan solas. Sobre los ascensores que pueden pararse en cualquier momento y sobre los estragos de anoche. Sobre los fuegos abrasadores, las gafas negras y el pánico aterrador. Sobre los huracanes, las brisas suaves y las exageraciones con vida propia. Sobre las promesas, sobre las naves que hacen aguas y las alfombras desteñidas. Sobre las esperas desesperadas y el anhelo insatisfecho. Sobre los incendios y las exposiciones retrospectivas. Sobre el mañana y el tiempo. Sobre la responsabilidad y el descontrol horario. Sobre la sangre y la devastación de lo salvaje. Sobre lo establecido acordado de manera implícita y lo que se debe dar por hecho. Sobre los sueños. Sobre los deseos imposibles y sobre la silenciosa vida de las piedras. Sobre la basura orgánica, los estudiantes en los rediles y las ovejas al volante. Sobre los coches blindados y las copas que chocan sobre la espuma de los siglos. Sobre las fiestas de guardar y las tortugas liebre. Sobre el infalible plan B, los rincones de los bares y las entradas de los sitios públicos. Sobre las imágenes dantescas y el día después. Sobre los extrarradios, las aeronaves y las llaves de las ciudades. Sobre las regulaciones de población, las explotaciones, las teorías conspiradoras, las dudosas fronteras y las vallas del campo. Sobre los abusos de poder, los encuentros cósmicos y las burbujas de oxígeno.
Sobre sobre sobre, sobre todo esto escribiré y haré, algún día, castillos de humo en el aire que me quede.
                                                                                                                     mesientoenlasnubes.candy


...por aquél entonces éramos melangitos salvajes de largas melenas...